miércoles, 2 de abril de 2008

JUSTICIA Y CORRUPCION

Ab. Tomas Ormaza López

No debería existir, pero existe esta relación entre la Justicia y la Corrupción de acuerdo al punto de vista como se la aprecia.

Si conceptuamos la palabra Justicia como la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde, parecería ilógico relacionarla con la corrupción, pero como el pueblo entiende por Justicia a toda la estructura jurídica que tiende a resolver los pleitos cotidianos entre las personas, dentro de este concepto como que la corrupción transita en todo este andamiaje como la serpiente tentadora en el gran paraíso. Por lo tanto dentro de la Justicia desde este punto de vista concebida, hay tanta corrupción que gran parte de la sociedad ecuatoriana desconfía, así mismo de gran parte de quienes la administran.

Para fortalecer lo que estamos afirmando vamos a citar algunos comentarios de quienes diariamente deben de concurrir a pedir que se les haga justicia en cualquier conflicto que se les haya presentado en su diario convivir:

-Los partes policiales, dependen más de los “movimientos” que realicen los interesados, antes que las verdaderas evidencias encontradas en el lugar de los hechos.
-Las indagaciones, instrucciones y dictámenes fiscales obedecen más a los padrinazgos y “ofertas” de los interesados que a los actos que por ley le corresponde realizar a los funcionarios del Ministerio Público.
-Los argumentos jurídicos de los litigantes tienen menos valor que las dependencias políticas y sociales de los Jueces y Magistrados.
-Las inspecciones judiciales, embargos y otros actos dentro de un proceso no se agilitan si no hay estímulos económicos o de alguna otra naturaleza.

La lógica y la ética son orientadoras del proceder humano y deberían estar presente en cada actuación de los administradores de justicia, pero el sistema está degenerado, que la crisis de la humanidad no es tanto económica sino de valores, por tal motivo se justifica el mal comportamiento de quienes aplican la ley, con lo que se acrecienta el desorden social.

Muchos abogados en libre ejercicio de la profesión viven renegando de lo corrupto del sistema, pero a la vez son parte del mismo, porque hacen uso de malas prácticas tales como la coima, recomendaciones, etc., y no de la argumentación jurídica que es lo que debe de prevalecer en el campo del derecho.

Es verdad que no se puede generalizar la conducta inmoral de todos los administradores de Justicia, porque también hay honorables y honestos, pero para desgracia son la gran minoría.

En esta época de cambio que viven las sociedades del mundo, esperamos que nuestro país que se apresta a reestructurar el ordenamiento jurídico, se remuevan los cimientos de nuestras instituciones y se haga una especie de regeneración humana, especialmente en donde actúan los que deben de garantizarnos la seguridad a todos los ciudadanos.

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